Rafael Durián
Crónica Ácida
Otra pachanguita pro-priista se llevó a cabo en el salón
Ghal de Xalapa. Los motivos: “La toma de protesta como candidato a alcalde” y
ya de paso conocer y reconocer a la propuesta del elegido. En el salón, caras
nuevas y algunas sucias se repartían entre las operadoras y matraqueras que no
se han perdido ningún evento.
Inició citando que el motivo y razón fundamental del
registro y asamblea es solo uno: el de: Unidad real o la aparente, hacia el
interior del partido.
Era agradable notar cómo personas de todo estrato social
y de toda edad se acercaban al candidato con el fin de saludarlo, besarlo,
abrazarlo y tomarse una foto, sea para la posteridad o para el “feis”
(facebook). Desde añejos empresarios hasta vendedores ambulantes; desde
perfumadas funcionarias hasta sencillas amas de casa con olor a humo; todos
inmersos en la mezcolanza política que ayer apuntaló a un candidato.
Pero desafortunadamente, bajo este ambiente de aparente
camaradería, se notaba la dualidad existente entre los dos grupos de jóvenes
que estaban presentes en dicho evento.
En primer lugar, la coordinación de la juventud del PRI
Xalapa liderado por Iván Vicente Alarcón Cerda (el del “Pentonto” a Charly
Amezcua), que en orden cronológico, llegó dos horas antes del evento para
apartar lugar hasta el frente. Como buen concierto gratuito, su grupo tenía un
número nutrido de seguidores y un altavoz que emitía un sonido espantoso al
elevar su capacidad al tope.
El segundo grupo lo encabeza Rodrigo Montoya, aquel joven
que, cuando se desató hace poco más de un año el movimiento del Yosoy132, fue
el único que salió en defensa del tricolor y de sus jóvenes en Xalapa. Rodrigo
llegó con sus 10 minutos antes al evento, con un grupo mayor que la Coordinación
y con dos altavoces. Al entrar, se podría decir que de manera ordenada,
ocuparon el ala contraria a la Coordinación, en donde los jóvenes primero
llevaron un minishow previo al mitin, al utilizar los altavoces con moderados
decibeles en donde se mofaron de ellos mismos, entre ellos, pusieron apodos como
al aparecido Reynaldo Escobar, quien al lucir un traje en tono olivo, dijeron “ahí
viene una aceitunota” y hasta emitieron el ya conocido promocional de tamales…
todo esto propio de jóvenes.
Para este tiempo, el candidato aguardaba en el restaurant
bajo el salón esperando el momento en que el evento cuajara.
Zazil Reyes llegó con un accesorio poco frecuente en
mujeres pero sí muy funcional en la rodilla. Fue entonces que entró de camisa
blanca y pantalón caqui con “el síndrome Carlos Aceves” (de levantar
repetidamente los pantalones). Empezaron los apretones y el ir y venir de gente.
El presídium medianamente resguardado ya tenía a todos sus integrantes quienes
iniciaron justamente cuando el candidato se sentó.
El calor era agobiante, todo mundo transpiraba. El
invitado especial inicio secándose con kleenex y terminó con una toalla para
manos.
Al ser reconocido por todos los presentes, abordó una
silla y dirigió su agradecimiento a todos.
Durante su discurso, al señalar el eslogan coyuntural de
su campaña dijo: “vamos a construir una nueva historia de Xalapa”…
Una desconcertada invitada dijo con voz confusa : “¿Qué
dijo? ¿va a construir una nueva Xalapa?, pero si ya hay una por el Arco Sur”.
Los ánimos andaban muy fuertes. Todos lo saludaban,
apoyaban y estrechaban su mano.
La porra de la Coordinación dejó de decir: “¡Américo ra
ra rá”, para decir: “Vicente apoya a Américo”.
Más de la mitad del salón se preguntaba y muchos de ellos
pensaban que se trataba de Vicente Fox, o quizás Vicente Fernández o ya en
últimas Vicente Benítez. Aunque dicha duda fue más o menos contestada cuando la
porra al final decía: “Vicente para regidor”, a lo que encumbrado funcionario
respondió: “Ya porque no ganó en la Flor más bella del ejido ahora quiere ser
regidor”.
Al intentar abandonar el recinto, Américo saludó a cuanto
militante se encontró, para que al final, ante tanto movimiento y abandono de
sillas, Everardo (miembro del séquito de AZ) cayó sobre ellas cerca de tres
veces ipad en mano.